lunes, 20 de febrero de 2012

Burocracia: las cosas de palacio...



Imagínate un día cualquiera en una administración pública. Visualízalo: la maquinita para sacar número, las pantallitas por las que te avisan del número que va y la mesa a la que tienes que ir, las colas de gente ocupada en hablar por teléfono o leyendo el periódico mientras esperan... Un hermoso espectáculo para un sociólogo.

Día 1

Cojo mi número y me acerco a los asientos, donde, aunque no pueda sentarme, al menos no molesto al paso de la gente. Y espero. Media hora después, mi número y mi letra salen en la pantallita. Busco la mesa que me toca y me acerco a la muchacha.

-Buenos días. Venía por el formulario X. Traigo la autorización y todos los papeles.
-¿El formulario X? ¿Cómo va eso?
Miro a la chica, sorprendida por la pregunta.
-Pues si no lo sabe usted...
-Bueno, voy a preguntar a mi compañera.

Tras un buen rato dando vueltas y preguntándole a uno y otro funcionario, la muchacha vuelve a la mesa.

-Ya está. Ya sé cómo va. Lo que pasa es que eso no lo tramitamos aquí. Tienes que ir a la oficina de calle Y.
-Pero, ¿me vale la autorización, o tengo que sacar otra para ese organismo?- pregunto, porque ya me conozco los procedimientos.
-No, no, te vale la misma.

Me despido de ella correctamente, y me marcho. No me da tiempo a buscar la otra oficina, así que tengo que dejarlo para el día siguiente. 

Día 2

Al llegar al día siguiente a la otra oficina veo una nueva cola, y un acceso a las mesas que pasaban forzosamente por un mostrador de información. Decido preguntarles a ellos antes de hacer inútilmente cola. Espero hasta que me atienden.

-Buenos días. Me han dicho que es aquí donde hacen el formulario X.
-El formulario X... Sí, me suena. ¿Te han dado cita o algo?
-No...
-Pues creo que hace falta... Te lo pregunto...

Tras darse un par de paseos por sus compañeros de mostrador, la mujer vuelve a su puesto.

-Sí, hace falta cita previa. A ver... Te la puedo dar para la semana que viene.
-Me corre mucha prisa, ¿¿no hay un hueco antes??
-No.

Me resigno, recojo la cita y me vuelvo a casa. 

Día 8

Una semana después vuelvo a la oficina. Esta vez paso directamente, y una chica me llama desde una de las mesas. Me acerco.

-Buenos días, vengo por el formulario X. Traigo toda la documentación.
-A ver... Pero esta autorización no me vale, porque es para el otro organismo...
-¡Pero si allí pregunté y me dijeron que valía!- exclamo. 
-Uff, ¿eso te dijeron? 
-Pues sí... Es que en ella viene exactamente especificado lo que tengo que pedir, el formulario X. Y si tengo que esperar otra semana... Me corre prisa, ¿sabe?
-Bueno, voy a preguntar, a ver si te vale o no.

Se va hacia otro compañero de una mesa más allá, La oigo preguntar y mostrarle el papel. El muchacho hace gesto de "pues claro que sirve" y le da la espalda para seguir atendiendo. La chica vuelve a acercarse a mi.

-Pues vas a tener suerte, chica- me dice con una sonrisa forzada. Le da a un botón de su ordenador, por la impresora sale el dichoso formulario X. Así, sin más. Lo cojo, le doy las gracias y me voy. 


Desde luego, ir a hacer papeleo es de un entretenido...



2 comentarios:

  1. Ya lo sabes tu, por el tiempo que estuvimos trabajando juntas... que cada vez que tú o yo, salíamos a hacer un trámite fuera de despacho a AEAT o Hacienda de Junta Andalucía era para echar el resto de la mañana allí y eso que sabíamos donde ir y que documentación llevar a cada sitio... no cambian.saludos

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  2. Sí, si hasta salí agradecida de que no me hicieran esperar otra semana más... Y ojo, no me quejo de los funcionarios, hay de todo como en todas las profesiones, sino del sistema. Que para darle a un botón y que saliera el papelito me hicieran dar tres viajes...

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