Edurne y Elsa: el efecto Frozen

Hace más de un mes que se celebró el festival de Eurovisión 2015, y llevo con esta historia en la cabeza desde entonces. La verdad es que llevo toda la vida siguiéndolo, pues en mi casa se veía todos los años, a mi familia le gustaba verlo. Y aunque en algunas ocasiones el nivel bajaba, debo decir que este año las canciones se han superado. Pero en este post voy a comentar un dato curioso de la actuación de España.

Todo vuelve

Sí, todo vuelve. Y no hablo solamente de las modas, que también, sino de todo lo que nos rodea. En general. A lo grande. Piensa por un momento. Las olas del mar. Las golondrinas. El verano, la Navidad, las rebajas. Los helados, los turrones. Una nueva temporada de esa serie que te gusta. Los autobuses, los trenes. Las personas, las ideas. Y, ya puestos, también las cosas malas vuelven: los mosquitos, los exámenes, las obras de los vecinos en época de exámenes, los cambios de hora, el frío, el calor, etc.