jueves, 20 de septiembre de 2012

El misterio de las desapariciones III


Como dije, el mes de septiembre también lo he dedicado al ciclo de relatos de misterio. Así, esta semana continuamos con la historia de lo que ocurrió cuando Myriam se mudó a un piso para ir a la universidad. ¿Te perdiste el capítulo de la semana pasada? No te preocupes, puedes leerlo aquí: El misterio de las desapariciones II

En cuanto Myriam vio su cartera vacía, sintió un peso sobre sus hombros. Hasta ese momento, todo había sido un juego: desaparece su móvil, a otra de sus compañeras le desaparece una calculadora... Es un fastidio, pero al menos no les interrumpía del todo en sus vidas diarias.

Pero el asunto se iba poniendo más serio. Normalmente no llevaba mucho dinero en la cartera, y no le importaba dejarles algo de cambio a sus compañeras. Pero esta vez Myriam llevaba lo que le correspondía por el alquiler del piso, 200 euros. No quería pedirles dinero a sus padres. Pero como estudiante, le costaría mucho trabajo reunir de nuevo esa cantidad y seguir teniendo suficiente para su vida universitaria: libros, fotocopias, bolígrafos, folios... Y también sus cosas para casa: comida, gas, agua... Fue entonces cuando decidió investigar más a fondo.

Si los días de las desapariciones anteriores ninguna de sus compañeras había estado cerca, la chica era consciente de que no eran culpables. Natalia no se había ido a su pueblo ese fin de semana, por lo que estaba en el piso cuando desapareció su móvil, pero no iba a robarse la calculadora ella misma. Entonces, ¿quienes quedaban?

Comenzó a repasar en su mente el viernes anterior, y lo comparó con ese lunes. Pero tenían bien poco en común. El viernes, sus compañeras María y Jessica se habían ido a sus casas, Natalia había salido por la noche y habría llegado a dormir al piso a las tantas, y ella había estado en la casa a sus anchas. El lunes, las chicas habían vuelto por la mañana directamente para ir a clase, y ella había desayunado y se había ido al mismo tiempo que Natalia. No había habido nadie extraño en el piso en ninguna de las dos ocasiones.

A no ser que... Un idea le explotó en la mente a Myriam, y cayó en la cuenta de que había alguien cerca en los dos casos. Con una sonrisa, salió de su habitación en su busca.

¿Has descubierto tú también quién ha sido? ¿No? Pues no te preocupes, la próxima semana tienes la solución. Mientras tanto, ¡dale vueltas al coco a ver si das con la solución! ;)

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