jueves, 13 de septiembre de 2012

El misterio de las desapariciones II


Como dije, el mes de septiembre también lo he dedicado al ciclo de relatos de misterio. Así, esta semana continuamos con la historia de lo que ocurrió cuando Myriam se mudó a un piso para ir a la universidad. ¿Te perdiste el capítulo de la semana pasada? No te preocupes, puedes leerlo aquí: El misterio de las desapariciones.

Myriam no le dio más vueltas a la desaparición del móvil. Seguramente se lo dejó en clase, o por el salón y una de sus compañeras se equivocó y lo cogió pensando que era suyo. En cuanto se dieran cuenta del error se lo devolverían. El lunes siguiente preguntó a sus compañeros de clase y al conserje, pero nadie lo había visto. Y recordando, se dio cuenta de que el viernes por la mañana no había sonado su móvil como segundo despertador, sino sólo el de la mesilla de noche. Con el madrugón no se paró a pensarlo, a pesar de que recordaba haberlo programado el jueves antes de acostarse. Pero eso quería decir que desapareció durante la noche del jueves al viernes...

Nerviosa, decidió preguntarles a sus compañeras de piso. Acababa de llegar a la casa cuando se encontró en el salón a Natalia con su novio. La chica se levantó corriendo y se la llevó aparte para decirle que le había desaparecido su calculadora científica, y que estaba segura de que no se la había dejado en clase, pues la había usado en casa esa misma mañana... Myriam le contó la historia del móvil, así que hicieron una reunión con sus otras dos compañeras, que también acababan de llegar.

Tanto María como Jessica dijeron que ellas no habían tocado nada de la casa. La de magisterio había estado haciendo un trabajo en el piso de otros compañeros y luego en el cine, y que no había pisado la casa en todo el día. Por su parte, la de química dijo que había estado todo el día en la facultad, dando clases por la mañana y en el laboratorio por la tarde, y que no había ido al piso para nada. Y ninguna de las dos había visto el móvil o la calculadora.

"Y entonces, ¿qué ha podido pasar?" le dijo Natalia al acabar la reunión. "Porque nuestras cosas no han desaparecido así porque sí". "Pues que una de ellas miente, claro" decía el novio de Natalia a su vez. Myriam asintió distraída. No sabía qué pensar. Cuando desapareció el móvil, ninguna de ellas estaba en casa. Y cuando desapareció la calculadora tampoco. Y sabía que las chicas no mentían: Jessica solía pasarse el día entero en la facultad haciendo todo tipo de trabajos, no tenía tiempo para nada más. Y María no necesitaba una calculadora científica para nada, pues hacía magisterio.  Eso lo hacía aún más misterioso.

Pero cuando tras la conversación fue a su habitación, vio que sus cosas estaban de forma diferente a como ella las había dejado. La chaqueta tirada en la silla de cualquier manera, el bolso estaba caído en el suelo, su carpeta abierta... Con un nudo en el estómago, fue a mirar en sus bolsillos. Su monedero estaba vacío.

Si quieres saber cómo continúa la historia, no te pierdas el post de la semana que viene... ¡Te espero!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡No seas tímido! Deja tu mensaje ;)