lunes, 4 de junio de 2012

Animales


Ya te habrás dado cuenta, pero hay animales que son más civilizados que algunos humanos. Ellos saben vivir en su naturaleza, la tienen asumida, saben lo que deben hacer. Se supone que los hombres también lo sabemos, pero lo cierto es que hay quienes no lo saben, o lo que es peor: no les importa.

Te preguntarás a qué viene esto. Te lo explicaré de un modo muy sencillo. ¿Has visto alguna vez a un perro hacer sus necesidades? Su instinto les lleva a hacerlo en los jardines, en la tierra, donde esos deshechos se convierten en un abono muy beneficioso para las plantas. Si los dejas según su naturaleza nunca lo harán en la acera, sino que buscan un árbol. ¿Entonces por qué hay gente que consigue que sus animales hagan sus cosas en la acera, habiendo árboles y parques cerca? ¿Y por qué no los quitan con una bolsita, como he visto a algunos hacer?

Esta pregunta puede tener varias respuestas. La primera es que es más cómodo así. Dejarlo donde esté, desde luego es lo más fácil para el dueño de ese perro. No tiene que preocuparse de llevar bolsitas, o de seguir a su animal a donde se sienta más cómodo para hacer sus cosas. 

La otra respuesta podría ser una derivada de la primera: la gente no suele preocuparse por lo que ensucia, así que ¿por qué iba a preocuparle lo que haga su perro? Es decir, si cuando se come un chicle no se preocupa en buscar la papelera para tirar en envoltorio, ¿por qué iba a recoger la caca para tirarla a la basura? Si cuando come pipas va dejando un rastro, ¿qué importa si su perro va dejando otro?

Para mí, es algo lógico y de buena educación. Desde pequeña me enseñaron a no tirar nada al suelo, a buscar siempre una papelera, y a sentirme mal si veo a la gente tirar cosas al suelo. Incluso a veces tengo el impulso de recoger lo que hayan tirado al suelo y echarlo a la basura, o de reprender a esa persona. Pero no sirve de nada: si no tiene la costumbre, seguirá sin hacerlo.

En otros lugares, en otros países, no se ve tanta suciedad. En esas ciudades puedes ir a un parque y sentarte en el césped con la seguridad de que no habrá nada desagradable en él. ¿Te atreverías a hacerlo en uno de nuestros parques? No, yo tampoco. Y es una pena, porque sería una autentica gozada disfrutar del aire libre de la misma manera que lo hacen en esos sitios.

Espero que este artículo remueva un poco esas actitudes y consigamos, poco a poco, tener unas ciudades más limpias, porque con esos comportamientos somos nosotros los animales.

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