El pasado domingo 14 de octubre asistimos con asombro a un nuevo paso en los descubrimientos sobre lo que es capaz de hacer el ser humano. A estas alturas supongo que habrás escuchado hablar de la hazaña del austríaco Felix Baumgartner, saltador en caídas libres. Si no, te pongo en antecedentes.
El paracaidista Baumgartner ya había realizado saltos en caída libre muy complicados: desde los rascacielos más altos, atravesando el Canal de la Mancha, saltando desde la mano del Cristo Redentor de Río de Janeiro... Pero esto no era suficiente para el austríaco, y decidió ir a por más.
De esta forma, junto a un gran equipo de profesionales, entre los que se encontraba Joseph Kittinger (quien ostentaba el record mundial de salto), para forzar una vez más los límites del cuerpo humano y tratar de batir 4 récords: el de la subida más alta realizada en un globo de gas; la caída libre desde el punto más alto; superar la velocidad del sonido en la caída; y, por último, la caída libre más larga.
Tras posponerlo varias veces por culpa del viento, Felix Baumgartner pudo realizar, al fin, su salto el pasado domingo 14. Y consiguió batir 3 de los 4 récords que se había propuesto: subió más de 40.000 metros sobre la superficie de la Tierra, saltó desde casi 40.000 metros, y cayó a una velocidad de 1.173 km/h durante los primeros 40 segundos de caída libre. No logró, sin embargo, el récord de la caída libre más larga debido a un problema de desestabilización, que le obligó a abrir el paracaídas antes de lo previsto.
Así, el austríaco entró en la historia. Y su salto servirá para las investigaciones dedicadas a los viajes espaciales, al probar un nuevo método para la evacuación de emergencias en las naves que vayan por la estratosfera.
Y ahora, por si no lo has visto o por si quieres deleitarte de nuevo con la visión, aquí tienes el vídeo del salto. ¡Que lo disfrutes!
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