jueves, 4 de abril de 2013

¿Comunicación, o incomunicación?


Como muchos otros adelantos tecnológicos, las nuevas tecnologías de la comunicación (móviles de última generación, tablets...) han cambiado nuestras vidas de un modo irreconocible. Hemos pasado de poder telefonearnos desde la calle y mandarnos mensajes de texto a consultar nuestro correo y la información que queramos en internet, o chatear con nuestros amigos y conocidos desde nuestros ultramodernos terminales. Sin duda alguna, nos han hecho la vida más fácil. Pero, ¿todo lo relacionado con esta nueva tecnología es bueno? La respuesta a esta pregunta no puede responderse a la ligera. Son muchos los pros, pero también hay muchas desventajas, aunque a simple vista pueda parecerte que no.

Empecemos con las ventajas. Gracias a las nuevas tecnologías, encontramos nuevas maneras de comunicarnos y de encontrarnos con las personas a las que conocemos y queremos. Un ejemplo podría ser el de ese amigo íntimo de la infancia al que no veías desde hacía mucho tiempo, al que le perdiste la pista, pero que cierto día aparece de nuevo en tu vida a través de las redes sociales. O también con las personas que están lejos, en otras ciudades o países, pero que gracias a internet podemos sentirlas muy cerca nuestra. Poder estar en contacto con esas personas es un gran regalo, y lo digo por experiencia.

Otra ventaja es la gran información que circula por internet. Periódicos y webs publican información y contenidos de todo tipo que podemos usar para aumentar nuestra cultura y conocimientos, y eso es muy importante. Ya sabes, la información es poder.

Además, las redes nos animan a ser más creativos. La incorporación de redes para compartir fotos, historias, pensamientos, etc. nos hace ser más libres para mostrar la realidad a nuestro alrededor, de darle un par de vueltas y de emitir nuestra opinión. También une a las personas con similares opiniones, y generan debates y búsquedas de soluciones, como un gran foro de opinión.

Sin embargo, hay un par de desventajas que pueden ocasionar mucho daño. Una de ellas deriva, precisamente, del flujo de información de internet. Hay tal multitud de opiniones, comentarios y escritos que la información puede quedar muy diluida en un mar de datos. O bien usarse de mala fe en contra del individuo. Este último puede solucionarse teniendo especial cuidado en lo que se comparte por internet.

Pero el problema que más preocupa es esa dependencia de las tecnologías. Todas esas personas que necesitan estar conectadas permanentemente, y que si no lo hacen se muestran nerviosas e irritables. Observa a tu alrededor. Todas esas personas que caminan, comen, viajan y charlan sin apartar los ojos de sus pantallas. Tal vez incluso tú seas una de ellas.

A pesar de todo, mi opinión sobre las nuevas tecnologías sigue siendo positiva: nos ha dado mucho a la sociedad. Pero no podemos dejar que gobiernen nuestras vidas. Así que, de vez en cuando, levanta la vista de tu dispositivo y disfruta de la vida en primera persona. Lo agradecerás.

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